Ansiedad

¿Qué ocurre en el cerebro en relación con la ansiedad?

Algunos estudios sugieren que la ansiedad podría estar relacionada con un desequilibrio entre los hemisferios cerebrales o con un déficit en el control de las estructuras límbicas y la corteza cerebral. Se plantea que la ansiedad, una emoción que implica una “retirada de una situación”, se localizaría en el hemisferio derecho, mientras que las emociones relacionadas con la capacidad de “acercarse”, como la alegría o la felicidad, estarían asociadas al hemisferio izquierdo. Se ha observado que las personas con trastornos de ansiedad muestran una mayor actividad en el hemisferio derecho.

Trastorno de pánico (TP)

El trastorno de pánico es considerado una forma más grave de ansiedad. Se caracteriza por ataques recurrentes e inesperados de pánico, que se inician de manera repentina y de corta duración (de 10 a 15 minutos). Un ataque de pánico puede ir seguido de un mes o más de preocupación constante por sufrir otro ataque. Los síntomas incluyen dificultad para respirar, hiperventilación, palpitaciones, dolor en el pecho, sudoración, escalofríos, náuseas, temblores, miedo a morir o perder el control, entumecimiento y sensación de irrealidad o desconexión. Los estudios de neuroimágenes cerebrales han confirmado la existencia de anomalías específicas en el cerebro de las personas con trastorno de pánico.

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

En el caso del trastorno de ansiedad generalizada (TAG), las exploraciones cerebrales muestran que las áreas límbicas o frontales del cerebro se activan en individuos con una alta tendencia a dudar al reaccionar ante estímulos estresantes. En contraste, las mismas áreas no se activan en personas menos ansiosas cuando se exponen a situaciones que provocan ansiedad. Además, se ha comprobado que la estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS) aplicada en la zona superior derecha de la frente, durante 15 minutos y 900 pulsos al día, reduce significativamente los niveles de ansiedad en pacientes con TAG.

Electroencefalograma cuantitativo (QEEG) y Neurofeedback

El electroencefalograma cuantitativo (QEEG) proporciona una visión detallada de los patrones eléctricos subyacentes en el cerebro. La actividad eléctrica cerebral puede provocar cambios neuroquímicos o ser el resultado de estos procesos. La disciplina clínica diagnóstica y terapéutica del neurofeedback se basa en las mediciones del QEEG. El neurofeedback utiliza los avances más recientes en neurociencia para inducir cambios en los patrones de EEG, lo que mejora los síntomas cognitivos, psicológicos y emocionales. Existe una amplia investigación en neurociencia que respalda este enfoque para el manejo de condiciones de salud conductual.

Este enfoque innovador está ofreciendo nuevas perspectivas en el tratamiento de trastornos de ansiedad y otros problemas relacionados con la salud mental, basándose en avances científicos que permiten tratar estos trastornos de manera más efectiva.

Neurociencia y Ansiedad

La investigación mediante electroencefalograma cuantitativo (QEEG) ha identificado patrones típicos en el complejo trastorno de la ansiedad. Se ha encontrado que la ansiedad presenta al menos seis o siete patrones distintos. Entre los patrones más comunes observados en los estudios de QEEG en personas con ansiedad, se incluyen: un desequilibrio en los lóbulos frontales en las frecuencias alfa, frecuencias beta excesivas en diversas áreas del cerebro y, posiblemente, altas frecuencias alfa (>11.5 Hz). Con base en estos hallazgos, los profesionales del neurofeedback recomiendan tratar ambos lóbulos frontales con frecuencias alfa más bajas o trabajar sobre las zonas laterales de la cabeza con frecuencias alfa. A este tipo de tratamiento se le conoce como entrenamiento alfa.

Aunque el neurofeedback generalmente se realiza en la consulta de un profesional, es importante señalar que su enfoque es completamente diferente al de la estimulación electromagnética de pulsos (Li-TMS). Existe evidencia que demustra que la estimulación Li-TMS puede modificar los patrones subyacentes de la actividad cerebral, un fenómeno conocido como entrenamiento. Una de las principales ventajas de los Li-TMS  es su capacidad para penetrar directamente en el cerebro. Esto le brinda la oportunidad de tratar las causas subyacentes de los problemas cerebrales, lo que podría ser fundamental para un tratamiento más eficaz.

Este enfoque, basado en la estimulación del cerebro a través de tecnologías innovadoras, está emergiendo como una opción prometedora en el tratamiento de trastornos de ansiedad, ya que permite abordar las alteraciones cerebrales de manera más directa.

Estudios – Li-TMS para tratamiento en Ansiedad

El estudio sobre LiTMS de baja intensidad en mujeres sanas, aplicado simultáneamente en dos áreas del cerebro, en la parte superior y lateral de la cabeza, durante solo 9 minutos a frecuencias de 10 Hz (alfa media), 14 Hz (alfa alta) y 18 Hz (beta baja), causó cambios en el EEG y mejora observable en las escalas clínicas aplicadas a posterior del tratamiento. La estimulación a 10 Hz también disminuyó significativamente las frecuencias beta (15-25 Hz), el ritmo sensorimotor (13-15 Hz) y las frecuencias theta (4-8 Hz) en un 12-27% después de la exposición. Este estudio muestra que Li-TMS en la parte superior de la cabeza a 10 Hz alfa también disminuye las frecuencias asociadas con mayor ansiedad, lo que agrega un beneficio en el tratamiento de la ansiedad [22].

Estudio de Caso en Pacientes con Otras Condiciones Médicas

Las personas con otras condiciones médicas también pueden experimentar ansiedad significativa. Un hombre de 62 años con enfermedad de Parkinson desde los 51 años experimentó síntomas típicos de la enfermedad, además de trastornos del sueño y ansiedad continua. Fue tratado con Li-TMS de muy baja intensidad durante 6 minutos (2 minutos sobre cada área de la sien y 2 minutos sobre la parte superior de su cabeza). Inmediatamente después del tratamiento, reportó una disminución de la ansiedad, desaparición completa de los dolores musculares, un notable aumento del ánimo y los niveles de energía, aumento del apetito y una sensación generalizada de bienestar. También mejoró considerablemente su capacidad para mover los músculos.[23] Asi mismo NIBBOT ah demostrado la efectividad en pacientes con tratosnos de depresión resistente a fármacos, reduciendo notoriamente las escalas de ansiedad a partir de la primer sesión de tratamiento.

Conclusión

El tratamiento de los trastornos de ansiedad, los trastornos de pánico y el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) aún deja mucho que desear. Se necesitan terapias alternativas que sean eficaces y que estén disponibles para los pacientes. La estimulación cerebral mediante Campos Electromagnéticos de baja intensidad (Li-TMS) tiene múltiples acciones fisiológicas que contribuyen a mejorar estas condiciones. Además, parecen cumplir con una importante condición de seguridad, con bajo riesgo, y efectividad.

Los rTMS, tanto de baja como de alta intensidad, han demostrado ser muy útiles en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, incluido el TEPT. 

Dado que los trastornos de ansiedad son complejos, los enfoques combinados, que incluyan terapia cognitivo-conductual y medicamentos, podrían ser necesarios para obtener los mejores resultados. Aunque estos dispositivos no son tan potentes como los de TMS de alta intensidad, son más accesibles económicamente, una mayor vída útil, y resultados clínicos prometedores

 

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