Varios estudios de neuroimagen cerebral han detectado que hay varias regiones cerebrales determinadas en niños con TDAH. Se han descrito alteraciones en:
La corteza prefrontal : encargada de la función ejecutiva como planos de acción, iniciarlas, darse cuenta de los errores y corregirlos, evitar distracciones por estímulos irrelevantes, ser flexible si las circunstancias cambian …
El cuerpo calloso : sirve de comunicación entre los dos hemisferios cerebrales, para confirmar un trabajo conjunto y complementario.
Los ganglios basales : implicados en el control de los impulsos al coordinar o filtrar la información que llega de otras regiones del cerebro e inhibir las respuestas automáticas.
El cíngulo anterior : se encarga de la gestión afectiva y del manejo de las emociones.
¿Cómo afecta el TDAH?
Los estudios realizados indican que el TDAH produce problemas en los circuitos reguladores que comunican dos zonas cerebrales: córtex prefrontal y ganglios basales. Estas áreas se comunican a través de la dopamina y la noradrenalina. Al tener una liberación deficitaria de estos neurotransmisores y un alto nivel de recaptación de las mismas, alterar la neurotransmisión, afectar la atención, el estado de alerta, la memoria de trabajo y el control ejecutivo.
La disminución del metabolismo sináptico de los neurotransmisores produce las siguientes consecuencias:
Disminuye la atención
Disminuye la capacidad de iniciar y continuar actividades
Dificulta la memoria de trabajo (o memoria a corto plazo)
Dificulta la neutralización de estímulos irrelevantes
Dificultad de la capacidad para bloquear respuestas inadecuadas
Dificultad de la planificación de actividades complejas
Dificulta la organización
Incrementa la actividad física
Incrementa la impulsividad