Las epidemias son emergencias sanitarias en las que se ve amenazada la vida de las personas y causan cantidades significativas de enfermos y muertos. Por lo general, se sobrecargan los recursos locales y quedan amenazados la seguridad y funcionamiento normal de la comunidad.
Desde la perspectiva de la salud mental, una epidemia de gran magnitud implica una perturbación psicosocial que puede exceder la capacidad de manejo de la población afectada. Puede considerarse, incluso, que toda la población sufre tensiones y angustias en mayor o menor medida. Estas perturbaciones pueden continuar con el tiempo, y traer complicaciones asociadas (ejemplo, conducta suicida), trastorno de estrés crónico, u afectar el funcionamiento social y cotidiano).
Es importante que todos los profesionales de la salud mental, comprendan el rol clave que ejercen en la sociedad el día de hoy. Mantenernos en buenas condiciones de salud, y en pie, puede implicar en un buen tratamiento y soporte profesional ante los millares de pacientes que ocupan de sus servicios.
Toda pandemia ha tenido un principio y un fin, el objeto profesional debe ser el de poder reconstruir la salud mental de quienes más lo necesitan.